TURISMO CULTURAL
ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Arqueológicos) en la I Carta Internacional de Turismo considera que: “El Turismo Cultural es el que tiene por objeto, el descubrimiento de los sitios y de los monumentos. Ejerce sobre éstos un efecto positivo considerable en la medida en que, persiguiendo sus propios fines, contribuye a mantenerlos en vida y a protegerlos. En efecto, esta forma de turismo justifica los esfuerzos que ese mantenimiento y esa protección exigen de la comunidad humana, debido a los beneficios socio-culturales y económicos que resultan para el conjunto de las poblaciones implicadas”.
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) define a la cultura de esta manera: "La cultura es el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarcan, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias".


Teniendo claro cada uno de estos términos, el turismo cultural es del tipo que satisface el deseo de conocer la historia de un lugar y admirar sus atractivos culturales, sitios arqueológicos, monumentos arquitectónicos, inmuebles históricos, museos, entre otros, comportándose como un elemento dinamizador del patrimonio y de las comunidades y que genera reconocimiento y creación de sentimiento de orgullo comunitario, así como factor de divulgación de la riqueza histórico cultural. Como valor para la cultura, genera recursos para la conservación y beneficia a las comunidades receptoras, motiva a las comunidades en la gestión de su patrimonio y crea conciencia del valor de los diferentes patrimonios locales entre los turistas.
La relación intrínseca entre turismo y cultura implica la creación de espacios de interacción entre los pobladores de las comunidades y los turistas, para que conjuntamente puedan tener un diálogo respecto del concepto que cada uno tiene sobre lo que es cultura y lo que pueden suponer es cultura, así como de las perspectivas que pueden tener o las diferencias a las que podrían llegar. El turismo cultural se da para que los visitantes puedan conocer, apreciar, disfrutar, conservar, etc. una comunidad llena de riqueza histórico – cultural para su valoración y disfrute. El turismo es uno de los principales vehículos de comunicación intercultural y no puede ser visto solamente como fuente de divisas.
A lo largo de los años, se han elaborado una serie de políticas y estrategias relacionadas al turismo cultural, pero definitivamente, la dificultad, no se encuentra en su elaboración o no, sino más bien en llevarlas a cabo o si éstas se ajustan a nuestra realidad local, regional y nacional. Está claro que hay que tener los objetivos bien planteados, programas viables y que se conozca con claridad qué se quiere y hacia dónde se quiere llegar, con el invalorable patrimonio cultural que poseemos. La participación de la comunidad y de los pobladores locales es fundamental para el progreso y desarrollo de la localidad, se necesita una mayor participación social y una mayor conciencia por parte de los profesionales del turismo y la cultura. En primera instancia hay que permitir que la población local se sienta orgullosa de su patrimonio y sea el primero en conservarlo y preservarlo, creando equipos de delegados que puedan hacer un trabajo conjunto con las autoridades locales para el buen estado del patrimonio y pueda ofrecerlo adecuadamente.
La II Carta Internacional del Turismo Cultural del ICOMOS especifica que “Las comunidades anfitrionas y los pueblos indígenas deberían involucrarse en la planificación de la conservación del patrimonio y en la planificación del turismo”. Como bien decíamos en el párrafo que antecede la participación consensuada de la población local es fundamental e integrante para efectuar la planificación de la conservación del Patrimonio integrado al turismo. Ningún diseño de proyecto de turismo cultural puede ser exitoso sin esta participación, es por ello que debemos involucrar a la sociedad en general. Sin la participación de todos los involucrados (personas naturales, instituciones privadas y estatales, representantes de la sociedad, fundaciones, autoridades, etc.), difícilmente podrán generarse políticas patrimoniales y turísticas que lleguen a satisfacer las necesidades esenciales de la localidad para el turismo.
En el Perú, el sector estatal es el abanderado y además el ente rector principal para el trazado de las acciones y/o actividades relacionadas al turismo cultural, buscando una verdadera sinergia, una alianza estratégica que responda a los planes de desarrollo de ambas ramas, como elementos del mismo tronco, porque, sin lugar a dudas, ambas se retroalimentan. En este caso particular, quienes velan y tienen la potestad para poder generar líneas adecuadas de trabajo son el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), el Instituto Nacional de Cultura (INC) y el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), entes participativos para el adecuado manejo de los recursos tangibles e intangibles que ofrece el Perú.
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